En el último tiempo, las metodologías de evaluación social de proyectos de transporte que se aplican en nuestro país han sido fuertemente cuestionadas, principalmente por el supuesto de que éstas no están debidamente actualizadas y/o que presentan limitaciones al incorporar como beneficios, en las evaluaciones sociales, sólo aquellos provenientes del ahorro del consumo de recursos: tiempo de viaje de los usuarios y costos de operación de los vehículos.
Con la finalidad de objetivar la discusión, creemos esencial dar a conocer el estado de situación de las metodologías utilizadas en el país, lo cual presentamos brevemente en este artículo.
El Sistema Nacional de Inversiones (SNI) norma y rige el proceso de inversión pública de Chile, reuniendo las metodologías, normas y procedimientos que orientan la formulación, evaluación y ejecución de las Iniciativas de Inversión (IDI) que postulan a fondos públicos. En particular, en el SNI están radicadas las metodologías de análisis y evaluación social de proyectos de transporte, tanto urbano como interurbano.
El objetivo del SNI es cautelar el uso eficiente de los recursos públicos a través de la ejecución de proyectos de transporte que aumenten el bienestar social de la población. Para tal efecto, utiliza la evaluación social de proyectos, entendida como un proceso de identificación, medición y valorización de beneficios y costos de los proyectos desde la perspectiva del bienestar social.
Desde sus inicios en el año 1984, el Programa de Vialidad y Transporte Urbano: SECTRA ha tenido, como una de las líneas de trabajo permanente, el desarrollar y actualizar las metodologías de evaluación social de los proyectos de transporte urbano, trabajo desarrollado en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social (y con las instituciones que lo antecedieron).
Para conocer qué tan actualizadas y completas son las metodologías utilizadas en el país, se responderá en este artículo tres preguntas fundamentales:
¿Cómo estamos?
¿Hacia dónde vamos?
¿Cómo vamos?
- ¿Cómo estamos?
La revisión de las prácticas utilizadas[1] en el Reino Unido, Alemania, Suecia, Holanda, Estados Unidos, Australia (NSW) y Nueva Zelandia muestra que todos estos países utilizan metodologías similares a las utilizadas en Chile, cuya principal componente es el ahorro de tiempo de viaje. Las diferencias más importantes se encuentran en el valor de la tasa de descuento, horizonte de evaluación y en el tratamiento del riesgo y la incertidumbre de los beneficios y costos de los proyectos. En todos los países mencionados, se trata de cuantificar y valorizar los beneficios de los proyectos, incorporándose a través del multicriterio todo aquello que no puede ser cuantificado: impactos sobre el paisaje, la biodiversidad, el patrimonio, etc.
El pilar fundamental, el tiempo de viaje, es definido por propósito (Employer’s Business, Commute, Others). En Alemania y Suecia se diferencia por modo (diferencias en general pequeñas, salvo el modo aéreo), y también en ambos países hay un tratamiento diferenciado para los ahorros pequeños de tiempo con respecto a los ahorros grandes (utilización de un valor unitario un poco menor). Por otra parte, en Suecia y Estados Unidos se utilizan valores levemente distintos según el largo del viaje. Todos los países incorporan, en sus metodologías, un valor para la confiabilidad, ya sea entendida como desviación estándar o como la probabilidad de llegar tarde, y la comodidad, generalmente a través de un ponderador del valor del tiempo de viaje (mayor que 1 en situaciones de hacinamiento, en transporte público, o en condiciones de congestión, para el transporte privado). Como excepciones destacan Alemania, que no tiene tratamiento explícito para la confiabilidad, y Suecia y Estados Unidos, que no distinguen especialmente la comodidad.
En materia de externalidades, todos los países incorporan valores para el ruido y emisiones (separando por PM10, SOX, NOX y CO2) y accidentes, observándose una gran dispersión del Valor Estadístico de la Vida, aún en países de ingresos similares. Por ejemplo, en Estados Unidos, el valor es de USD MM 9 y en el Reino Unido de USD MM 2.
- ¿Hacia dónde vamos?
En los últimos años, Sectra en conjunto con MDS, ha trabajado en el desarrollo y actualización de metodologías de análisis y evaluación social de proyectos de transporte, las cuales tienen como objetivo alinear los procedimientos usados en nuestro país con las mejores prácticas a nivel internacional. Entre los trabajos más relevantes se pueden citar:
- Actualización del Valor Social del Tiempo de Pasajeros Interurbano por Disposición a Pagar
- Metodología de Estimación de Beneficios por Reducción de Accidentes
- Valor Social del Tiempo de Viaje de la Carga
- Actualización del Manual de Evaluación Social de Proyectos de Vialidad Urbana (MESPIVU)
- Manual de Recomendaciones para Proyectos de Vialidad Peatonal
- Diferenciación de Etapas de Viaje en Transporte Público
- Valor Social del Tiempo de Viaje Urbano por Disposición a Pagar
- Estimación de Emisiones Atmosféricas por Fuentes Móviles (MODEC)
- Estimación de Beneficios por Reducción de Contaminantes (MODEM)
- Metodología de Estimación de Consumos Energéticos y Emisiones del Transporte (STEP)
- Metodología de Estimación de Emisiones y Propagación de Ruido para Fuentes Móviles
- Metodología de Cálculo de Emisiones para Proyectos Tácticos
- Metodología de Estimación de Emisiones y Consumos Energéticos para Puertos y Aeropuertos
- Estimación del Valor Estadístico de la Vida (en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente)
- Inclusión de Franjas Verdes y Equipamiento Urbano en Proyectos de Transporte
Los 15 trabajos señalados dan cuenta de un permanente proceso de actualización e incorporación progresiva de las variables más relevantes asociadas a los beneficios generados por los proyectos de transporte.
Es importante resaltar que la nueva versión del MESPIVU valida el uso del Análisis Multicriterio (AMC) para los impactos no cuantificables. Esta técnica se limita al uso en proyectos socialmente rentables.
- ¿Cómo vamos?
La primera conclusión que resalta es que el país dispone de completas y modernas metodologías, alineadas con la práctica internacional. No obstante, se debe avanzar en incorporar variables como comodidad y confiabilidad, relevantes especialmente para proyectos de transporte público.
Otra materia pendiente es la formalización del uso de la técnica del Análisis Multicriterio, que puede aportar bastante en la selección de proyectos que ya demostraron su rentabilidad social. Una clara definición de la forma de utilizar esta técnica, incluyendo la selección y metodología de obtención del valor de los ponderadores asociados a cada criterio, es un paso importante para la incorporación delos atributos no cuantificables.
Finalmente cabe destacar que recientemente se constituyó una Mesa Técnica de Expertos en Evaluación Social de Proyectos de Transporte Urbano, instancia que permitirá generar los lineamientos para la elaboración de metodologías para evaluar socialmente proyectos integrados de transporte.
Esta Mesa Técnica está liderada conjuntamente por la División de Evaluación Social de Inversiones del Ministerio de Desarrollo Social y el Programa de Vialidad y Transporte Urbano: SECTRA, y en ella participará un grupo de destacados académicos con experiencia en evaluación social de inversiones en las áreas de transporte y urbanismo.
Autores:
Alan Thomas Torres (Coordinador Área Metodológica y Datos SECTRA)
Gisèle Labarthe Bordagorry (Secretaria Ejecutiva SECTRA)
[1] Mackie and Worsley (2013) International Comparisons of Transport Appraisal Practice.