En los últimos años, en tiempos de plena crisis climática, hemos sido testigos de un arduo trabajo realizado desde la academia, las industrias, los gobiernos y la sociedad en general para proponer, de forma transversal, lógicas energéticas más sustentables, que ayuden a parcializar y combatir las consecuencias de habernos mantenido produciendo y consumiendo energías basadas en el carbón y combustibles fósiles. Una de las innovaciones que se ha propuesto en esta materia ha sido la introducción de un cambio tecnológico en el transporte motorizado: el reemplazo de vehículos tradicionales por vehículos eléctricos.
Actualmente existe consenso en que la promoción de modos masivos de transporte público es una de las mejores acciones para reducir la emisión de carbono. Si tomamos en cuenta los datos entregados por el Ministerio de Energía en su portal de consumo vehicular (Consumo Vehicular, s.f.), para un viaje estándar de 15 km tomando en cuenta la ida y el regreso, la emisión por pasajero de un bus convencional es de 0,5 kg. de CO2, en comparación con los 6 kg. por persona que se emiten en un auto sedán para un viaje de las mismas características. Sin embargo, si a esto le agregamos un cambio en la tecnología base de funcionamiento de los vehículos, desde vehículos con motores de combustión interna a otros en base a energía eléctrica, el impacto es aún mayor. Según lo expuesto por el Ministerio de Transportes, cada bus eléctrico que se implementa en reemplazo de uno convencional reduce en 60 toneladas la emisión de dióxido de carbono por año (MTT, 2019).
Es por esto que resulta importante promover, como país, un cambio tecnológico a nivel de sistema de transporte público, asegurando que cada ciudadana y ciudadano de Chile tenga acceso a modos de transporte más sustentables. Sin embargo, la implementación de la electromovilidad a nivel regional presenta algunos desafíos que son importantes de destacar, que demuestran, una vez más, la desigualdad evidente que existe en las distintas gobernanzas del país, debido a la persistencia del centralismo.
En Santiago, hasta el 10 de febrero de este año se encontraban 776 buses eléctricos en circulación, y se anticipa la llegada de 1.000 más durante el resto del 2022 (Electromov.cl, 2022). Esto convertiría a Santiago en una de las ciudades con mayor cantidad de buses eléctricos en operación en el mundo, situación que, como usuarios del transporte público, nos llena de felicidad y orgullo. Sin embargo, la implementación de la electromovilidad en el transporte público ha estado principalmente limitada en la capital, debido a algunas características del sistema que pueden haber facilitado el cambio de la matriz energética. Entre ellas:
1) En Santiago existe un transporte público masivo mucho más planificado y regulado que en regiones, lo que ha permitido tener una base institucional sólida para las licitaciones de vehículos eléctricos a operar por empresas del sistema en una implementación gradual;
2) Existe una vialidad que ha sido comparativamente más desarrollada para permitir un transporte público en superficie mucho más eficiente (corredores de transporte público) y
3) Existe un financiamiento objetivamente mayor, en comparación con la situación en regiones.
Los desafíos de llevar la electromovilidad del transporte público a regiones pueden ser descritos en base a las diferencias que existen entre el sistema de transporte capitalino y los sistemas existentes en otras áreas metropolitanas, ciudades intermedias y provincias de Chile.
Actualmente tenemos sistemas de transporte público en regiones escasamente integrados, donde se exhibe competencia entre operadores, lo que produce ineficiencias en la provisión del servicio y dificultades en caso de que se quiera implementar un cambio en las flotas. Estos sistemas de transporte se mantienen gracias al Subsidio Nacional al Transporte Público (Ley 20.378), cuyo desarrollo ha sido una gran gestión de distintos parlamentarios de las regiones, pero a la larga marca una desigualdad intrínseca en los montos asignados: la misma cantidad de recursos que se asignan al sistema de transporte de Santiago se asigna al resto de Chile en total. Otro gran desafío que existe en el impulso de la electromovilidad a lo largo de Chile, está en lograr establecer una red de infraestructura de carga considerando la geografía del país, sin contar con el desarrollo de “rutas verdes”, poco posibles de implementar por la Cordillera de los Andes (BID, 2019).
Estas diferencias pueden notarse en la comparación del desarrollo de proyectos. Mientras en Santiago ya se implementó el gran electroterminal El Conquistador en Maipú operado STP (un proyecto ambicioso en el que, en alianza con la empresa COPEC, se logró desarrollar un espacio capaz de albergar hasta 215 buses y 110 cargadores de última generación (EnConcreto.cl, 2021), en ciudades intermedias como Antofagasta, Talca, Concepción y Temuco, existe hace casi dos años el objetivo de generar electrocorredores, sin tener grandes avances en su desarrollo.
A pesar de los desafíos expuestos, la División de Transporte Público Regional (DTPR) y el mismo Ministerio de Transportes, se han destacado en los avances y pasos dados de la Estrategia Nacional de Electromovilidad (que tiene entre sus objetivos llegar a 2035 con un 100% de la operación de transporte público con vehículos eléctricos) y también en la correcta labor que han desarrollado estableciendo mejores condiciones de regulación en el transporte público fuera de Santiago. Esto implica que desde las instituciones públicas el camino avanzado ha sido el correcto. Sin embargo, no basta solo con estas iniciativas. También se hace necesario contar con un mayor compromiso por parte del sector privado para hacerse partícipe, tanto de la inversión en estas tecnologías como también en la operación y mantención del sistema público. Las señales son esperanzadoras por parte de las acciones de colaboración y compromiso de actores privados. El desafío queda en reducir el riesgo, por ambas partes, de cumplir los objetivos de eficacia y eficiencia en las etapas posteriores de implementación.
La lucha contra las consecuencias negativas del cambio climático requiere de un compromiso abierto y claro de todas las partes que pueden trabajar por ello y entregar su aporte; lo que implica un alto nivel de colaboración para lograr descarbonizar toda actividad humana. La apuesta por sistemas de transporte más sustentables tiene como paso necesario la promoción del desarrollo de vehículos eléctricos, pero es claro que contar solo con este desarrollo no es suficiente, porque al final, por muy grande que sea la disminución de contaminantes con este cambio tecnológico, otras externalidades importantes como la accidentabilidad, la congestión y la contaminación acústica no se reducen. Del mismo modo, es necesario también la promoción de producción científica e investigación en el impacto que podría tener diversificar las tecnologías de transporte actuales en la disminución de estas distintas externalidades.
Apostar por mayor sustentabilidad también requiere cambiar el paradigma de la movilidad urbana, crear ciudades que permitan la inclusión de modos de transporte no motorizados, desarrollar sistemas de transporte público lo suficientemente robustos para capturar y servir a una demanda cada vez mayor y, sobre todo, considerar en todo momento no solo las bondades sino también desafíos que implica proponer cambios estructurales a lo establecido en busca de un futuro mejor.
Referencias
Consumo Vehicular (s.f). “Comparación de emisiones por viaje en distintos medios de transporte”. En línea. Disponible en: https://www.consumovehicular.cl/inicio#/https://pbs.twimg.com/media/FLGOTZ7VIAUwZPa?format=jpg&name=large [Consultado el 24 de mayo de 2022]
Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Chile (2019). “Tras seis meses de operación, buses eléctricos de Red completan más de 6,5 millones de viajes”. En línea. Disponible en: https://www.mtt.gob.cl/archivos/21490#:~:text=Esta%20tecnolog%C3%ADa%20permite%20la%20reducci%C3%B3n,di%C3%B3xido%20de%20carbono%20al%20a%C3%B1o. [Consultado el 24 de mayo de 2022]
Electromov.cl (2022). “Santiago: se espera la llegada de mil buses eléctricos en el transcurso del año 2022”. En línea. Disponible en: https://www.electromov.cl/2022/02/10/santiago-se-espera-la-llegada-de-mil-buses-electricos-en-el-transcurso-del-ano-2022/#:~:text=Se%20suma%20a%20la%20cantidad,Ministerio%20de%20Transporte%20y%20Telecomunicaciones. [Consultado el 24 de mayo de 2022]
EnConcreto.cl (2021). “Electroterminal El Conquistador MOVILIDAD LIMPIA PARA EL GRAN SANTIAGO”. En línea. Disponible en: http://www.revistaenconcreto.cl/grandes-obras-cchc/electroterminal-el-conquistador-movilidad-limpia-para-el-gran-santiago/. [Consultado el 24 de mayo de 2022]
Banco Interamericano de Desarrollo (2019). “Análisis de tecnología, industria y mercado para vehículos eléctricos en América Latina y el Caribe”. En línea. Disponible en: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/An%C3%A1lisis_de_tecnolog%C3%ADa_industria_y_mercado_para_veh%C3%ADculos_el%C3%A9ctricos_en_Am%C3%A9rica_Latina_y_el_Caribe_es_es.pdf . [Consultado el 24 de mayo de 2022]