por Guillermo Muñoz Senda
1. Introducción
En los últimos 10 años, los sistemas de transporte público de las principales ciudades en Latinoamérica, se han visto enfrentados a distintas transformaciones y reformas, cuyo objeto principal siempre fue el de aumentar el número de pasajeros y frenar la caída en la participación modal que se ha venido experimentando desde la década de los noventa en adelante.
Las reformas llevadas a cabo en Curitiba primero, y luego en Bogotá, Santiago, Río de Janeiro, Lima, Buenos Aires y Ciudad de México, sólo por nombrar a algunas, si bien buscaban una mejora integral, se han enfocado principalmente en mejorar tiempos de viaje (construcción de BRTs y Metro); en modernizar la flota y; en la formalización y empresarización de los transportistas.
En mayor o menor medida, cada una de las ciudades antes mencionadas, les ha afectado- a pesar de las reformas- la disminución de viajeros que se ha experimentado en la última década. Lo anterior, ha obligado a las autoridades locales, a diseñar estrategias de intervención sobre aquellos otros aspectos de la operación que inciden fuertemente en la elección modal de los usuarios.
En efecto, distintos autores y publicaciones (Waker, 2012; TRB, 2013) han señalado la importancia que, en la elección de modo, tiene el tiempo de espera y su predictibilidad. Baste aquí indicar que un usuario percibe, casi tres veces peor, los minutos que espera, que los que está a bordo del vehículo en viaje.
Es así como, desde el segundo semestre del 2014, el Directorio de Transporte Público Metropolitano, se embarcó en el análisis y diseño de un proyecto que permitiese contar con un esquema de operación en el que se estableciesen horarios fijos de pasada en algunos servicios del Sistema integrado Transantiago. Dicho proyecto quedó a cargo del Ingeniero César Núñez, de la Gerencia de Desarrollo de la DTPM, y contó con el valioso apoyo de CEDEUS.
2. Servicios con Itinerarios
La creciente congestión experimentada en las ciudades y el aumento de las expectativas que los usuarios tienen del sistema de transporte público han hecho que exista cada vez mayor valoración por la certeza en el tiempo destinado a cada etapa del viaje, especialmente en lo que a tiempo de espera se refiere. En la mayoría de los servicios diurnos se proveen frecuencias mínimas de 4 a 5 buses/hora para disminuir los tiempos de espera en horarios valle, aunque que en algunos casos conlleva ofrecer una capacidad de transporte muy superior a su demanda con la consecuente ineficiencia económica que repercute en los costos del sistema. Sin embargo, en los servicios nocturnos y expresos la frecuencia baja hasta 2 buses/hora, lo que incrementa significativamente el tiempo de espera, lo que sumado al desconocimiento de los horarios de pasada de los buses conlleva alta incertidumbre en la espera para los usuarios, la cual se realiza muchas veces en condiciones climáticas o de seguridad adversas, afectando la percepción del servicio ofrecido. En específico, las encuestas realizadas a los usuarios de Transantiago indican que los atributos relacionados con el tiempo de espera y su variabilidad explican el 58% de la valoración que ellos le dan a su recorrido (DTPM, 2014).
Es así como, en julio del año 2014 se inició un trabajo que permitiese definir horarios fijos de pasada en servicios de baja frecuencia, esto es, Servicios Expresos, Servicios Nocturnos; y Servicios Diurnos de baja frecuencia (5 buses/hr o menos). El proyecto consiste en cambiar la forma de programar estos recorridos, reemplazando la lógica de operación basada en frecuencias por una basada en horarios. En otras palabras, en vez de requerir a los operadores un intervalo máximo se exigiría que los despachos se realicen en horarios fijos predefinidos, además de establecer horarios de pasada en paradas intermedias del trazado que son informados a los usuarios.
La realización de este proyecto contempló distintas etapas, a lo largo de su implementación, obligando a desarrollar nuevas metodologías de trabajo y herramientas tecnológicas y una nueva estrategia de información al usuario. El equipo involucrado en esta tarea, convocó a profesionales de distintas áreas: Antropólogos, diseñadores, periodistas, ingenieros y abogados, cuestión que permitió enriquecer el trabajo y mejorar los resultados.
Se partió realizando una experiencia piloto con el servicio 516 nocturno. Ello permitió desarrollar la metodología de trabajo que se aplicaría de ahí en adelante, y que al menos respondiese las siguientes preguntas
a. ¿Cómo escoger los puntos de control?
b.¿Cómo establecer los horarios de Pasada?
c) Cómo Controlar y Monitorear cumplimiento?
- Indicador Basado en puntualidad en el paradero (ICR-P)
- Determina el porcentaje de casos donde se registra el paso de un bus dentro de una ventana horaria respecto a la hora programada :
- 2 minutos de adelanto
- 4 minutos de retraso
- Se desarrolla nueva plataforma tecnológica para cálculo de indicador, de manera masiva (para mucho servicios y paradas).
d) ¿Cómo informar al usuario?
- Instalación de señales informativas indicando los horarios de paso en los paraderos
- Campaña a usuarios con volantes
- Horarios en el sitio web Transantiago
3. Resultados
En la actualidad existen cerca de 40 servicios con Horarios fijos de pasada, la mitad de ellos, pertenecen a la Red de Servicios Nocturnos de Transantiago, lo que beneficia a más de 68 mil usuarios todos los días. El nivel de cumplimiento que presentan estas empresas es bastante adecuado, y va entre un 70% a un 98%, tal como se puede ver en este gráfico que muestra el cumplimiento de un subconjunto de los servicios que en la actual operan en la modalidad “horario fijo”.
En lo que respecta a la valoración de los usuarios, las encuestas realizadas por la DTPM, indican que, aquellos usuarios, que conocen que los servicios operan con itinerarios, valoran mucho este tipo de operación. A continuación, un resumen de los resultados de dichas encuestas.
4. Comentarios Finales
La realización de este proyecto supuso la participación de un equipo multidisciplinario, de Antropólogos, Diseñadores, Periodistas, Ingenieros, Abogados y Arquitectos, los que desde su perspectiva y formación han enriquecido enormemente este proyecto. No hubiese sido posible obtener los logros que se alcanzaron, sin ese trabajo colectivo.
La participación de los operadores también resulta crucial puesto que su visión y compromiso son las que garantizan la factibilidad de aplicación práctica de este nuevo enfoque.
Los resultados obtenidos por la implementación de este proyecto demuestran que es posible, en una ciudad latinoamericana, tener operación de servicios con horarios fijos de pasada, informados y comprometidos de manera pública, dando espacio así a una nueva forma de programar y controlar a toda la gama de servicios de baja oferta.
Por último, se debe señalar que una de las tareas pendientes es la de información al usuario. Si bien se desplegó una campaña y existe información actualizada y disponible a través de los medios digitales (página web y predictores), falta aún más refuerzo, y el diseño de nuevos y más canales de información.