por Alejandra Provoste Preisler. Gerenta de Proyectos, Innovación y Desarrollo. Directorio de Transporte Público Metropolitano
A menudo asociamos la innovación pública únicamente con la digitalización de procesos y avances tecnológicos. Sin embargo, la modernización del Estado va más allá de integrar nuevas tecnologías; implica también abrir espacios para captar ideas de diversos actores, como la academia y la ciudadanía. Esto quiere decir que cuando hablamos de innovación nos referimos a un enfoque integral de esta misma, lo cual incluye el uso de métodos organizacionales novedosos, la participación ciudadana y la creación de valor para la sociedad.
En su definición más estricta, de acuerdo con la OCDE la innovación en el sector público se refiere a la “implementación y aplicación de técnicas y herramientas novedosas para un contexto con el objetivo de generar impacto”. De esto deviene que, para los gobiernos, innovar es una estrategia proactiva para enfrentar desafíos rutinarios y complejos. Por un lado, los problemas públicos tienen el desafío constante de mejorar la eficiencia, la eficacia y la calidad de los servicios que se prestan a la ciudadanía. Pero, por otro lado, y esto es lo más difícil, existe la necesidad de adaptarse al cambio, sobre todo para aquellos escenarios difíciles de prever.
Una forma de adelantarse a las inevitables transformaciones sociales, económicas, culturales y de todo tipo, es generar espacios de diálogo. En el caso del transporte, la participación ciudadana es el puntapié inicial para mejorar la experiencia de viaje de los usuarios. Son estos quienes nos transmiten sus necesidades, quienes advierten de primera fuente las fortalezas y debilidades del sistema, y en ellos podemos encontrar tanto respuestas como nuevas y buenas preguntas.
A través de la innovación abierta podemos acercarnos a las personas usuarias, así como también con otros actores relevantes del ecosistema de transporte público. Es crucial proporcionar un entorno donde puedan surgir nuevas ideas. Esto facilita que conozcamos y podamos replicar iniciativas exitosas. También, nos indican nuestras áreas de mejora y generan una cultura de aprendizaje continuo. Los espacios que combinan múltiples sectores y actorías multiplican el intercambio de experiencias, facilitando así la formación de alianzas y el desarrollo de herramientas técnicas. Como resultado, se avanza realmente en la mejora del transporte público.
En suma: para encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos se requiere creatividad. En el caso del sistema de transporte público metropolitano, en septiembre 2023 se creó RedMovilidad Innova, liderado por la Gerencia de Proyectos de Desarrollo e Innovación (PD+I), el cual forma parte del Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM).
Red Movilidad Innova es un espacio de colaboración entre facilitadores de la innovación en transporte público. Su objetivo es impulsar y generar un punto de encuentro entre actores públicos, privados y académicos que permita articular y generar ideas para construir proyectos basados en soluciones innovadoras para mejorar la eficacia, eficiencia y calidad del transporte público. La apertura de estos espacios permite que las políticas públicas que derivan de DTPM sean más ajustadas a las necesidades y experiencias de la ciudadanía. También abre la oportunidad a que, en el mejor de los casos, ideemos y concretemos proyectos completamente nuevos.
Con esta convicción, en abril de 2024 desarrollamos el concurso Jóvenes Innovadores: Desafiando el futuro de la Movilidad. El concurso fue organizado por el DTPM a través de RedMovilidad Innova y contó con la colaboración de la Universidad Mayor, Laboratorio de Gobierno, SONDA, ENEL X y SRL.
Jóvenes Innovadores logró convocar a 81 estudiante de diez instituciones de educación superior del país, dentro y fuera de Santiago. Durante dos días, se organizaron en grupos interdisciplinarios para desarrollar soluciones innovadoras de movilidad sustentable y transporte público. En específico, se les planteó proponer ideas para incentivar el pago de la tarifa del transporte, y con ello reducir los índices de evasión del sistema. Los estudiantes fueron apoyados por profesores patrocinadores y por más de 30 mentores expertos.
Las soluciones propuestas por cada grupo reflejaron un alto nivel de creatividad y pensamiento innovador. Los estudiantes no sólo abordaron los problemas de evasión tarifaria, sino que también idearon acciones que potencialmente pueden transformar la experiencia del usuario en el transporte público. Su capacidad de usar los conocimientos propios de sus carreras como también aprender de otras disciplinas, les permitieron pensar “fuera de la caja”. Las excelentes propuestas que recibimos nos dejaron claro que, si se genera el ambiente propicio, los jóvenes pueden pensar fuera de lo convencional y ofrecer soluciones viables y sostenibles.
Los resultados obtenidos en esta primera edición del concurso marcan un punto de partida prometedor para futuras ediciones. Las soluciones desarrolladas no solo tienen el potencial de ser implementadas en el DTPM, sino que también pueden servir de inspiración para otros proyectos de movilidad en diferentes contextos. Incluso, aquellas que no son factibles de implementar, sirvieron como ejercicio de ensayo y error, algo fundamental en la innovación.
Esta iniciativa generó un impulso para los participantes de Jóvenes Innovadores, pero es muy probable que tenga un efecto multiplicador. Sus amigos, familiares y los propios funcionarios del Ministerio de Transportes quedamos más inspirados y llamados a pensar en grande. Los problemas difíciles, como por ejemplo la evasión, a ratos pueden generar desesperanza. Pero iniciativas de innovación abierta y participación ciudadana como esta ayudan a reforzar el compromiso de todos los actores involucrados en generar un transporte público más sustentable, eficiente y equitativo. Invitamos a otras instituciones a atreverse a innovar con participación ciudadana, pues casi todos los desafíos que hoy nos convocan son compartidos.