Sebastián Raveau
Pontificia Universidad Católica de Chile
El fenómeno de la evasión en buses de Red Movilidad puede ser abordado desde perspectivas sociales, económicas, operaciones o culturales, entre otras. Para la generación de ideas dirigidas a reducir la evasión es fundamental la colaboración entre distintos actores. En esta columna me gustaría compartir con los socios de Sochitran algunos de los principales resultados de un taller participativo para obtener propuestas concretas organizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) en conjunto con el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM).
El taller se realizó en el marco del proceso de Consultas sobre Contenidos Esenciales de las próximas Bases de Licitación de Uso de Vías llevado a cabo por DTPM en junio de este año. Se buscó generar ideas complementarias al Plan Antievasión propuesto por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) en 2022. Dicho Plan Antievasión consta de 5 pilares: i) fiscalización, ii) control de acceso, iii) nuevas tecnologías, iv) educación e información y v) coordinación intersectorial.
En el taller participó una treintena de estudiantes, docentes, investigadores, usuarios del sistema y otros actores interesados en proponer ideas para reducir la evasión. Para facilitar el intercambio de ideas para reducir la evasión, este taller consideró y presentó a los participantes la definición de perfiles de evasores obtenida del estudio “Laboratorio 502”, desarrollado por el Centro de Políticas Públicas UC[1]. En dicho estudio, se proponen tres perfiles de evasores: el evasor circunstancial, el evasor oportunista y el evasor deliberado.
El evasor circunstancial posee la menor disposición a evadir entre todos los evasores. Corresponde a un viajero que desea pagar su pasaje, pero el entorno o contexto de su viaje le llevan a evadir de manera involuntaria. Algunos comportamientos de evasión de este perfil son: i) evadir sin intención en buses llenos, ii) no tener saldo en la tarjeta bip!, iii) olvidar la tarjeta bip!, o iv) que el bus tenga su validador dañado.
El evasor oportunista posee una disposición a evadir intermedia entre todos los evasores. Corresponde a un viajero que en algunas ocasiones pagará su pasaje, pero en otras ocasiones evadirá. Este evasor aprovechará las oportunidades que le faciliten evadir, pero está dispuesto a pagar el pasaje si las condiciones de evasión no son favorables. Algunos comportamientos de evasión de este perfil son: i) evadir sólo en viajes cortos, ii) evadir sólo si el bus no tiene torniquete, iii) evadir sólo en periodos sin fiscalización, o iv) entrar por la puerta trasera cuando descienden pasajeros.
El evasor deliberado posee la mayor disposición a evadir entre todos evasores. Corresponde a un viajero que está predispuesto a evadir y que definitivamente no está dispuesto a pagar su pasaje. Este evasor está dispuesto a modificar su estructura de viaje y hacer todo lo posible con tal de evadir. Algunos comportamientos de evasión de este perfil son: i) esperar hasta que pase un bus sin torniquete, ii) cambiar de paradero para evitar zonas pagas, iii) evadir intencionalmente por seguridad de evitar la multa, o iv) evadir recurrentemente por falta de dinero.
Los participantes del taller trabajaron en grupos para conversar sobre el fenómeno de evasión en Red Movilidad y proponer posibles medidas que puedan contribuir a reducirla a la luz de los tres perfiles de evasores propuestos. A continuación, presento todas las ideas propuestas por los participantes. He decidido no filtrar ninguna propuesta realizada (algunas son más realistas o efectivas que otras), sino simplemente agruparlas por categorías.
1) Educación e información
Es necesario educar mediante campañas de información para quienes no entienden los impactos que tiene su evasión ni tampoco por qué es importante validar en los buses aun cuando ya haya validado en Metro.
Red Movilidad ha introducido distintos desarrollos tecnológicos, como el pasaje por código QR o la opción de carga remota/automática a través de su app. Estos desarrollos deben ser difundidos de mejor manera, especialmente entre adultos mayores u otros grupos para quienes la tecnología es una barrera.
Educar y capacitar a los conductores para que no sólo ofrezcan un buen nivel de servicio, a la vez de fomentar/facilitar la evasión; por ejemplo, abriendo las puertas traseras o liberando el torniquete.
Generar un cambio de mentalidad en los usuarios a través de campañas comunicacionales y educativas, de modo que la evasión sea reconocida como un problema de todos. La evasión es un problema ético y debe ser reconocido como tal.
2) Tecnología
Hacer más eficiente el uso del pasaje por código QR, para evitar demoras que ocurren al validar si hay problemas para leer el código del celular debido al brillo de la pantalla.
Mejorar la difusión de las nuevas tecnologías de pago y recarga introducidas por Red Movilidad en el último tiempo, con infografías en los paraderos.
3) Fiscalización y multas
La primera medida es, por supuesto, seguir aumentando la fiscalización. Y no sólo aumentar la fiscalización, sino también aumentar la percepción de riesgo de ser fiscalizado.
Generar mecanismos de denuncia anónima por parte de los pasajeros. Si los pasajeros pueden reportar evasión en tiempo real se podría focalizar la fiscalización en servicios y/o ejes. Algo similar se puede hacer con los conductores; la fiscalización se puede alimentar de su conocimiento en terreno.
Aumentar los impactos y restricciones asociadas a las infracciones por evasión. El impacto no está restringido únicamente a un aumento de la multa, sino también a otros castigos por entrar al Registro de Pasajeros Infractores
4) Operación
Estudiar la posición de los validadores, a los que en muchos casos no se puede acceder si el bus está muy lleno. Se puede colocar un segundo validador en la parte trasera del bus.
Ampliar la cantidad de zonas pagas o incluso que todo paradero tenga un validador (sin necesidad de que sea zona paga, pues requiere inversiones en infraestructura y personal). En muchos países el pago ocurre afuera del vehículo. Esto además reduce los tiempos de detención y mejora los tiempos de viaje.
Si bien los torniquetes reducen la evasión, no son la solución pues reducen la accesibilidad, lo que afecta a los grupos más necesitados de nuestra sociedad: tercera edad, personas en situación de discapacidad, personas con movilidad reducida, etc.
Ofrecer incentivos a los conductores que dependan de las transacciones del bus. De esta manera, pueden participar de manera más activa en el combate a la evasión. Estos incentivos deben ser grupales, y no individuales (para evitar volver a las carreras en las calles que ocurrían con las micros amarillas).
5) Financiamiento y pago
Extender el funcionamiento del viaje de emergencia. La red de recarga actualmente depende mucho de la ubicación y horarios de funcionamiento de Metro.
Ofrecer premios por buen comportamiento de pago. Algo del tipo “después de X viajes validados esta semana tienes uno gratis”. También se puede entregar un premio a los usuarios que tengan activada la opción de recarga automática en la app de Red Movilidad.
Ofrecer una tarjeta personal e intransferible con un monto base para aquellos viajeros de menor nivel socioeconómico. O se pueden ofrecer tarifas reducidas para ciertos grupos socioeconómicos (como se hace actualmente con estudiantes y adultos mayores).
Introducir tarjetas de abono mensual con una tarifa unitaria reducida, como se hace en tantas partes del mundo.
Aplicar un descuento para viajes de corta distancia, de modo de no forzar a los viajeros a pagar tarifa completa si el viaje dura sólo unas pocas cuadras.
Subsidiar por completo el sistema e imponer tarifa 0. Así, el problema de la evasión desaparece inmediatamente. Esto requiere buscar esquemas para financiar la operación del sistema.
Que los empleadores proporcionen una tarjeta bip! de recarga automática a sus empleados. De esta manera además se incentiva el uso del transporte público. Muchos empleadores ya pagan asignaciones de movilización a sus empleados.
[1] Centro de Políticas Públicas UC (2018) “Laboratorio 502: Estudio exploratorio sobre las causas y posibles soluciones de la evasión en Transantiago”. Santiago, Chile.