Expertos advierten que a este incremento se sumará además una mayor demanda por ciclovías y formas alternativas de movilidad una vez que se flexibilicen las normas de confinamiento social.
24 de Junio de 2020 | 13:01 | Patricio Gutiérrez, Carlos Valdés
Desde los primeros brotes del nuevo coronavirus en China, identificados a fines del año pasado, la sociedad a nivel mundial ha experimentado drásticos cambios en la forma de vivir y el transporte no ha quedado ajeno a esta nueva realidad. El llamado al confinamiento preventivo en las grandes ciudades del mundo y los cierres de fronteras de los países para evitar la propagación del virus modificó en cosa de días los patrones de desplazamiento, reduciendo drásticamente la movilidad de las personas.
En ese sentido, el transporte público y privado de pasajeros fue uno de los más afectados según explicó Bloomberg. En el caso de Uber, por ejemplo, el mencionado medio aseguró que las reservas globales cayeron hasta en un 80% en abril en comparación con el año anterior. Además, los llamados que se hacían en ciudades como Nueva York a evitar usar el Metro y los autobuses hicieron disminuir aún más la demanda por estos servicios de transporte de pasajeros.
En ese contexto, sistemas de movilidad personales como la bicicleta comenzaron a ganar cada vez más adeptos en el mundo como en el caso del Reino Unido, donde el ministro de Transporte, Grant Shapps dijo hace unas semanas que “millones de personas descubrieron el uso de la bicicleta durante la crisis, para hacer ejercicio o para mantener distancias seguras”.
En Barcelona, por ejemplo, el uso de carriles para bicicletas se cuadruplicó durante la hora punta, explica Janet Sanz, responsable de urbanismo del ayuntamiento de la ciudad española
El futuro de la movilidad post pandemia
Si bien Chile aún se ve golpeado duramente por la pandemia del coronavirus, con miles de nuevos contagiados día a día, países europeos comenzaron hace un tiempo el proceso de desescalada con la apertura del comercio y mayores libertades para las personas.
En ese contexto, Candace Brakewood, profesora de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Tennessee en Knoxville, proyectó cambios en la forma de movilizarse una vez que los confinamientos vayan flexibilizándose.
Esto va en línea con el mayor uso de vehículos particulares en desmedro de los sistemas de transporte público, donde las aglomeraciones y eventuales contagios siguen generando recelo entre las personas.
De hecho, según el índice de tráfico global de TomTom, a mediados de junio el tránsito en hora punta en la ciudad china de Shenzhen aumentó en un 18% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Además, Bloomberg destacó que las ventas de vehículos en China han experimentado alzas, al mismo tiempo que la demanda mundial de gasolina sigue creciendo.
De ahí que el medio proyectó que pueden pasar años antes que las personas vuelvan a sentir confianza para subirse en autobuses, trenes o metro, especialmente en países donde la población puede elegir entre el sistema de transporte que desea utilizar.
Los cambios que se esperan en Chile
Esta realidad no será muy distinta a lo que se vivirá en Chile, dijo la ministra de Transportes, Gloria Hutt, en un seminario vial hace unas días. “Una de las preocupaciones importantes y que ha sido tendencia durante la recuperación es el aumento en el uso de los autos”, dijo la secretaria de Estado.
“Por ejemplo, en China los modos de transporte cambiaron antes y después del coronavirus según revela una encuesta Ipso. Por ejemplo, el uso del automóvil privado en China era antes de un 34% y pasa a un 66% después, eso quiere decir que hay un aumento muy sustancial en el uso del automóvil como una medida de reacción ante el riesgo de contagio. Pareciera que las personas perciben en el auto un vehículo más seguro, más controlado y que ofrece menos riesgos que el transporte público”, agregó.
De hecho, la ministra explicó que en la Región Metropolitana ya se vio una tendencia similar durante los primeros levantamientos de las medidas de confinamiento. “Cuando se levantaron las restricciones (fines de marzo, principios de abril) crece mucho el tráfico de autos, en cambio el transporte público sigue casi plano aumentando muy ligeramente”, señaló en su exposición.
En ese contexto, la secretaria de Estado destacó que el trabajo a futuro en términos de transportes se centra en “recuperar a los pasajeros del transporte público y para eso vamos a tener que descomprimir los viajes de manera que la percepción de seguridad en los vehículos cerrados y compartidos con otras personas se reduzca y que las personas sientan que usar el transporte público no tiene más riesgo que el usar el auto”.
“Para eso vamos a tener que descomprimir y aumentar los espacios no solo en los vehículos (de transporte) sino también en estaciones y en los modos masivos de transporte usando parte de la vialidad. Eso significa que, por ejemplo, vamos a tener que habilitar más espacios de convivencia entre peatones, ciclistas y automóviles”, prosiguió.
“Lo que vemos es un escenario bien complejo de gestionar y muy complejo también para asegurar la protección a los usuarios más vulnerables (…) El desafío es ver cómo reemplazamos los conceptos rectores del transporte de rapidez y comodidad por seguridad como valor fundamental del transporte”, sentenció.
Así, todo hace indicar que en distintos países del mundo los vehículos particulares podrían tomar un nuevo impulso en el futuro post pandémico, aunque aún deben enfrentarse a las diversas regulaciones como las europeas que buscan limitar el uso de autos a combustión interna, dando preferencia a métodos de transporte amigables con el medio ambiente. Como sea, lo cierto es que la forma de movilizarse después de la emergencia sanitaria del coronavirus cambiará en las grandes ciudades dando paso a un nuevo escenario vial.
Fuente: Emol.com