Mucho se ha dicho en estos días de las casi perturbadoras similitudes entre el proceso de estallido social que vive actualmente el país y otros fenómenos previos como la “Revolución de la chaucha” en 1949 y la “Batalla de Santiago” en 1957. Pero también otros fenómenos relacionados con nuestra profesión han convulsionado la vida del país, como el “Paro de los camioneros” en 1972 y, más recientemente el bloqueo de calles de Santiago ante la licitación de vías de 2002 o la puesta en marcha de Transantiago en 2007. Y si bien en todos esos casos la componente “política” -como contraparte de la “técnica”- fue muy relevante, la invitación que nos deben dejar estos fenómenos es la de expandir nuestra mirada hacia los efectos sociales de las decisiones tomadas sobre los sistemas de transporte y la responsabilidad de ser tan enfáticos como sea posible en nuestras recomendaciones.
Las dos opiniones de socios que incluye este boletín muestran distintas aristas de cómo muchas veces ocurre que, o nuestras técnicas y métodos están limitadas a análisis más completos o que, aun incluyéndolos, no permean suficientemente a los tomadores de decisiones. Creo que SOCHITRAN tiene un rol particularmente importante en este sentido, tanto generando los espacios de discusión como propiciando que nuestra profesión avance hacia miradas más completas de los fenómenos de transporte.
En un par de días nos encontraremos en nuestra asamblea anual y tendremos oportunidad de discutir sobre estos y otros temas. Será también la oportunidad de conocer al Consejo Directivo que guiará a SOCHITRAN durante los próximos dos años y a quienes tocará tomar el guante de los desafíos que el nuevo escenario plantea a la ingeniería de transporte.
Nov
18