El gobierno se comprometió a sumar nuevas flotas de buses al Transantiago este año: la idea es elevar la calidad de los viajes de 2,3 millones de usuarios. La antigüedad de los vehículos (cumplen 12 años) y la ausencia de una licitación que exija vehículos nuevos a las empresas llevaron a que el Ministerio de Transportes se encuentre explorando opciones para cumplir con este anuncio.
Una de las propuestas evaluadas por la cartera es que la empresa Metro vuelva a retomar el rol de operador que tuvo con los metrobuses -desaparecidos cuando nació el Transantiago, hace 11 años-, que acercaban a los pasajeros hacia las estaciones del tren subterráneo.
Al respecto, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, explica que “se han revisado todas las alternativas para completar la renovación de flota este año. Y hemos visto que una opción podría ser que Metro o EFE lo hagan”. Añade que esto se podría hacer al reactivar el rol de Transub, compañía conformada por ambas firmas públicas. Así, se podría aplicar un modelo similar al del Merval (tren de Valparaíso), que trabaja con flotas de superficie para complementar su cobertura (aunque las máquinas no son bienes estatales, sino que privados en convenio).
¿De dónde podría obtener presupuesto la estatal para la compra de material rodante y su posterior operación? “Eso estaba previsto en la licitación, no es plata adicional”, dice la ministra, aunque las opciones financieras se deben seguir analizando. Una forma de captar recursos -dicen los expertos- es que la empresa sea capitalizada, es decir, que reciba recursos por alguna vía.
¿Se puede cumplir con la promesa de que haya buses en un año? La industria responde que es viable. A modo de ejemplo, la empresa ByD plantea que la llegada a Chile de buses eléctricos podría completarse en sólo cinco meses.
Análisis
Los expertos advierten sobre la complejidad de aplicar esta fórmula. Andrés Gómez-Lobo, ex ministro de la cartera y académico de la U. de Chile, fue la autoridad que aprobó la ley que permite a Metro operar con buses. “Pero la pregunta es si Metro puede cubrir los 3.000 buses que iban a llegar si se realizaba la licitación. No lo veo posible por un tema financiero”, dice. Añade que también surgen dudas sobre si la estatal tiene la capacidad de hacerse cargo de servicios. “No tiene la experiencia, como tampoco está definido si debería cumplir con una frecuencia”, señala Gómez-Lobo.
Franco Basso, investigador del Observatorio de Movilidad de la U. Diego Portales, sostiene que sería positivo que ingrese un nuevo actor al sistema. “Es competencia y se podrían bajar los costos en una eventual negociación con otras empresas”, dice. Agrega que si se suman flotas se deberán diseñar mallas de recorridos en zonas donde hay un déficit, como es el caso de Cerrillos, donde parte la nueva Línea 6 del Metro. “No tiene utilidad si hay sobreoferta en las mismas calles de siempre”, dice.