Uno de los sectores más congestionados del área poniente de Santiago es la zona donde la Av. Teniente Cruz cruza la Ruta 68. Ese cruce es la única opción de conexión norte sur en el tramo entre Av. Pajaritos y Av. Américo Vespucio (6 km); hay pocos sectores urbanos de la ciudad con tan precario nivel de conectividad. Esta configuración vial produce una altísima concentración del flujo vehicular en horarios punta. Sin duda fue un error no generar el cruce de Av. La Estrella, que también está planificado en el PRMS, cuando se construyó la Ruta 68 a principios de los 2000.
La siguiente imagen muestra las calles del sector.
El paulatino aumento del flujo vehicular en el eje Teniente Cruz y las otras vías del sector ha generado un sostenido incremento de los tiempos de viaje de todos los usuarios: buses urbanos e interurbanos y automóviles. La situación más compleja se produce en el paso sobre la Ruta 68, cuyas intersecciones con Claudio Arrau y Oscar Bonilla están reguladas con semáforos. Esos semáforos y otros cercanos funcionan en red. Si bien el paso superior tiene una longitud de 200 m, en la práctica funciona como un arco corto que fácilmente se bloquea y produce demoras de 15 a 20 minutos por vehículo en Punta Mañana. Para mejorar esta situación, en conjunto con profesionales de la UOCT y del DTPM, realizamos distintas pruebas para reducir las demoras mediante cambios en la programación de la red de semáforos. La teoría indica que para reducir los bloqueos es preferible utilizar tiempos de ciclo bajos, pero las pruebas indicaron que esa no era una solución para este caso; al parecer porque el acceso crítico en Punta Mañana (acceso sur de Teniente Cruz y Oscar Bonilla) recibe aportes del flujo directo de Teniente Cruz y de los virajes a la izquierda y a la derecha desde Claudio Arrau, esos tres aportes en conjunto bloquean el paso superior. Otro efecto que reduce la capacidad de los cruces críticos es el bajo respeto de la luz amarilla, incluso ante la presencia de Carabineros. Es frecuente que conductores avancen con luz amarilla y queden detenidos en medio del cruce produciendo pérdidas de tiempo de verde. Luego de varios intentos se encontró que la mejor opción era incrementar la capacidad del paso superior en sentido sur norte en la intersección con Oscar Bonilla. El flujo de personas en Oscar Bonilla es considerablemente menor que en Teniente Cruz en Punta Mañana y, por lo tanto, se decidió beneficiar a un grupo mayor de usuarios a costa de una mayor demora en Oscar Bonilla. El cambio en las programaciones consideró entonces aumentar el tiempo de ciclo a 150 segundos en Teniente Cruz y Oscar Bonilla y dejar el resto de la red operando en 75 segundos. Un tiempo de ciclo de 150 segundos no es recomendable, pero el desbalance entre demanda y oferta vial es tan grande en Punta Mañana que fue necesario utilizarlo como una medida excepcional. Adicionalmente se coordinó con Carabineros que sus intervenciones se orientaran a fomentar el respeto a la luz amarilla y a actuar solamente en casos excepcionales. Como resultado del cambio en la programación se logró, preliminarmente, una reducción del tiempo de viaje promedio en el tramo crítico de Teniente Cruz de 10 a 15%. Falta un análisis más detallado de los tiempos de viaje que registra el DTPM, pero lo resultados son promisorios. Es claro en todo caso que los semáforos críticos de la red están funcionando a capacidad y que no es posible generar una circulación fluida a través de ajustes a la programación. Es necesario reducir el uso del automóvil en los horarios punta y generar también otras opciones de conexión norte sur. La disminución obtenida de los tiempos de viaje tiene asociado un beneficio social muy alto en comparación con los recursos utilizados para generar el cambio de la programación y en consecuencia su rentabilidad social es altísima. ¿Por qué tenemos tan pocos ingenieros de transporte de la Universidad de Chile y la Universidad Católica dedicados a estas tareas?