EDITORIAL
Pasaron las fiestas de Septiembre con su saldo de cifras rojas en temas de accidentes, algo que lamentamos año tras año. A lo anterior se agregó otro invitado a los eventos festivos: los atascamientos en diversas carreteras del país producto del aumento del tránsito vehicular. Y claro, ante la masiva congestión puntual apareció la solución por defecto: aumentar la capacidad vial. Puesto que tendremos al menos otros dos años con un escenario similar, iniciar aumentos de capacidad en nada ayudaría en el corto plazo a resolver los atascos que se avizoran. ¿Y en el largo plazo? Pues parece que tampoco, ya que las proyecciones respecto al aumento el parque vehicular y su uso indican que no existe capacidad que lo soporte. Una suerte de crónica a un atasco anunciado. Para enfrentar este asunto necesitamos combinar gestión con cambios en conducta. Mientras lo primero lo podemos hacer desde nuestro dominio, lo segundo requiere alianzas con otras disciplinas, ya que requerimos conocer bien qué motiva nuestra cada vez creciente auto-dependencia.
Alejandro Tudela
Editor