EDITORIAL
El año 2016 podrá ser recordado porque se hizo notoria la existencia de los servicios de transporte privado donde el pasajero pide ser trasladado utilizando una empresa intermediaria, como Uber o Cabify, que trasmite esa solicitud a un grupo de prestadores individuales para que uno de ellos haga el traslado. Obviamente, la normativa vigente no considera la existencia de estos servicios porque no eran factibles hasta hace pocos años atrás sin el masivo acceso a internet que tiene ahora el país.
Los taxistas se vieron afectados por esta forma de competencia y generaron manifestaciones en varias ciudades. La autoridad tuvo que reaccionar e inició el proceso para regular los nuevos servicios. Producto de esto ya fue presentado un proyecto de ley que moderniza las normas sobre transporte remunerado de pasajeros, pero con seguridad su tramitación no será sencilla. A pesar de lo anterior... ver más