por Antonia Orellana Guarello. Ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile.
Poner en el centro de todas las políticas públicas a las mujeres, en su enorme diversidad, es un acto de justicia con la mitad de la población, quienes históricamente han debido enfrentar limitaciones producto de discriminaciones o la mayoría de las veces, simplemente de omisiones.
Puede parecer trivial, pero no lo es. Por ejemplo, considerar las limitaciones o la seguridad de las mujeres en el transporte público, el uso que hacen de este, sus necesidades específicas respecto del sistema, sus experiencias como cuidadoras, su inclusión en la conducción, entre otros temas, puede ser clave para mejorar la calidad de vida de las mujeres, su participación laboral, para ofrecer un mejor servicio de transporte para la población en su conjunto y para construir mejores ciudades para todos y todas.
Desde el inicio del Gobierno del Presidente Boric, nuestra administración se comprometió a avanzar hacia un Chile para Todas. En este contexto, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones; la Dirección de Transporte Metropolitano y la Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte, entre otras instituciones involucradas, han comenzado a tomar acciones concretas para mejorar el estándar del transporte público regional: extendiendo trayectos y creando nuevos servicios, aumentando cobertura y frecuencia, realizando campañas informativas y de concientización sobre el problema del acoso, capacitando a transportistas, incluyendo más mujeres en la conducción e implementando nuevos estándares de infraestructura para el transporte público en Chile.
En este contexto se diseñó la agenda de Género 2023 – 2026 del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, que establece 91 compromisos bajo 4 pilares: movilidad accesible, seguridad, gestión y gobernanza, de las que derivan 15 líneas estratégicas.
No es normal que las mujeres deban cambiar sus trayectos, horarios o la forma en que se trasladan producto de no sentirse seguras, pero lamentablemente es lo que aún sucede. De acuerdo a un estudio realizado por la CAF el año 2019, nueve de cada diez usuarias reportaban haber sufrido acoso en el transporte en algún punto de sus vidas. Además, un 63% no se sentía segura en el paradero de bus.
Por eso, hoy nuestro país avanza en la construcción de paraderos que integran comodidad y que propician una mayor seguridad para los y las usuarias, con foco especial en las mujeres, considerando ubicación, iluminación y horarios desde una perspectiva de género. Como parte de este compromiso se ha implementado el manual de estandarización para la construcción de Paradas Seguras y Accesibles, un diseño base modular que además puede adaptarse a los requisitos locales de clima y geografía, así como a las necesidades específicas de cada entorno, con el objetivo de estandarizar los proyectos de paraderos de transporte público a nivel nacional. A la fecha contamos con más de 200 paradas que cumplen estos estándares en 20 comunas de la Región Metropolitana.
Asimismo, para finales de 2025, el Sistema de Transporte Público Metropolitano contará con cerca de 500 paraderos equipados con paneles de información variable, mejorando la experiencia de viaje de los usuarios al proporcionar datos en tiempo real sobre los servicios y tiempos de llegada. Además, estos puntos de parada incluirán botones de alerta conectados a centrales de seguridad municipal, megafonía para personas con visibilidad reducida y rampas de acceso para garantizar la movilidad universal, reforzando así la seguridad e inclusión en el transporte público.
En esa línea también, y a través del Directorio de Transporte Público Metropolitano, se impulsó el programa Mujeres Conductoras, el que superó su meta acordada en los contratos de licitación que era de 7,5% del total de conductores. Para el segundo trimestre del 2023, el porcentaje superó el 10% de mujeres en relación con el total de plazas de empleo activas. Eso se traduce en un aumento del 96% desde el 2021. Actualmente el total de mujeres en esta labor rodea los 1.739 cupos. La proyección es llegar al 12% para el año 2026 en el sistema Red y seguir ampliando esta iniciativa en regiones distintas de la metropolitana, donde ya ha comenzado a implementarse con programas piloto en Antofagasta y Coquimbo – La Serena.
Reconocemos los esfuerzos de todas las instituciones relacionadas al transporte público por garantizar un sistema de movilidad realmente universal, seguro, eficiente, sustentable e inclusivo para todas las personas, especialmente para las mujeres.
Confiamos en que, de mantenerse estas iniciativas, podremos ir poco a poco mejorando nuestras ciudades y lo más importante, la vida de todas las personas, pues la movilidad con enfoque de género no solo mejora la equidad, sino que también impulsa el bienestar social y la eficiencia del sistema de transporte público.