Frente a los acontecimientos ocurridos durante la última semana, SOCHITRAN manifiesta su más profundo repudio a todo acto de violencia, independiente de su origen, que se tradujo en la irreparable pérdida de vidas humanas, diversas vejaciones y, entre otras cosas, en la ominosa destrucción de valiosa infraestructura de Metro. Igualmente, SOCHITRAN celebra las manifestaciones pacíficas que hemos visto recientemente y que nos invitan a reflexionar y actuar sobre la desigualdad en general y, en particular, en lo relativo a los sistemas de transporte y la movilidad.
A la luz de ese llamado a la reflexión, como sociedad científica y profesional, vinculada fuertemente a uno de los aspectos que más inciden en la calidad de vida de las personas, reconocemos que nuestra disciplina no siempre ha sido capaz de incorporar todas las dimensiones relevantes que podrían contribuir a una mejor convivencia en nuestras ciudades. Estimamos asimismo que tampoco hemos sido eficaces en transmitir a los tomadores de decisiones las consecuencias de los distintos enfoques de política pública sobre la población. Esto plantea grandes desafíos a nuestra profesión, respecto de los cuales nos permitimos esbozar lo que consideramos como aspectos relevantes a tener en consideración en esta área.
En lo inmediato, y en particular para Santiago donde el sistema ha resultado más dañado, nos parece fundamental recuperar el Metro de la mejor y más rápida forma posible y proveer alternativas temporales que ayuden a alivianar el problema. Además de los importantes esfuerzos que ya están en curso, estimamos necesario otorgar la más alta prioridad a la operación del transporte público masivo en la superficie, evitando la circulación de automóviles y taxis en las pistas sólo bus, activando corredores exclusivos de transporte público en ejes clave y adecuando los tiempos de semáforo de modo de favorecer a ejes con mayor presencia de buses. Adicionalmente, hacemos un llamado a la población para que evite el uso del automóvil de manera individual y a las instituciones a flexibilizar horarios y formas de trabajo para disminuir y distribuir en el día la demanda sobre el sistema de transporte.
En el mediano plazo, estimamos que se debe discutir la posibilidad de focalizar el subsidio al transporte público en quienes más lo requieran. La evidencia muestra que los subsidios al transporte público están plenamente justificados desde un punto de vista económico y social, ya que, entre otras cosas, permite disminuir costos a familias de menores ingresos. Creemos que es momento de estudiar la posibilidad de utilizar un subsidio focalizado que impida que la tarifa por el uso de transporte público supere un cierto porcentaje del ingreso familiar.
En el largo plazo, pero comenzando desde hoy, opinamos que se debe dar definitivamente un giro a las políticas públicas urbanas, y en particular las relacionadas al transporte, hacia objetivos que vayan más allá de la eficiencia en tiempos de viaje y costos de operación. Del mismo modo, metodológicamente riguroso, en que se han incorporado al análisis en esta área recientemente aspectos como la emisión de contaminantes y la seguridad vial, consideramos que deben estudiarse aspectos de integración social, equidad, estética, caminabilidad, felicidad, entre otros. Por otro lado, queremos destacar que la forma de las ciudades y su sistema de transporte no sólo están profundamente relacionadas, sino que, además, son elementos que pueden tanto exacerbar las desigualdades como también contribuir disminuirlas. Para lograr esto último es clave otorgar una prioridad real al transporte público masivo (buses, metro, ferrocarril) y a los medios de transporte no motorizados por encima del automóvil, pues su uso indiscriminado es ineficiente y no sustentable. Esta prioridad debe verse reflejada en la forma en que se distribuye el espacio vial, en cómo se prioriza la construcción de infraestructura y en cómo se distribuyen los subsidios. Es muy importante también que nuestras ciudades se planifiquen, y que esa planificación permita un crecimiento armonioso con el sistema de transporte, lo que definitivamente no es compatible con la segregación socioespacial que se ha ido exacerbando en nuestras ciudades. Finalmente, los daños sufridos en la infraestructura de transporte relevan la necesidad de estudiar el nivel de criticidad y resiliencia de los sistemas de transporte masivo en las grandes ciudades de Chile.
Como profesionales, nos ponemos a disposición del país para ayudar a abordar todos los desafíos que nos presenta el nuevo Chile. Creemos que la colaboración interdisciplinaria, basada en la evidencia, pero humilde al mismo tiempo, es uno de los caminos a seguir para tener ciudades más integradas que, a su vez, nos lleven a una convivencia armoniosa y contribuyan a una más fácil búsqueda de una sociedad justa, próspera y feliz.
Directorio SOCHITRAN
28 de octubre de 2019