En la actualidad la disciplina del diseño vial, así como otras áreas de la ingeniería de transporte, se encuentran con la necesidad de integrar y abordar distintos desafíos en aspectos tales como seguridad vial, accesibilidad universal e inclusión, cambio climático, participación ciudadana e innovación, por nombras algunos de los más relevantes.
Es así como en al área de la innovación, en los últimos años el avance de las tecnologías en el ámbito del diseño de infraestructura vial ha tenido un desarrollo sostenido y acelerado, comparado con los cambios que en la últimas dos décadas se han evidenciado. Un ejemplo de ello se aplica al levantamiento de condiciones existentes del espacio público mediante técnicas que se apoyan en dispositivos móviles con escáner láser, entre otras aplicaciones.
En este contexto, el Estado de Chile está realizando esfuerzos tendientes a integrar en el desarrollo de los proyectos, la utilización de herramientas y metodologías que permitan modernizar e innovar la industria. De esta forma, el año 2016 se crea Planbim con la finalidad de incrementar la productividad y sustentabilidad de la industria de la construcción mediante la incorporación de procesos, metodologías y tecnologías de información y comunicaciones que promuevan su modernización a lo largo de todo el ciclo de vida de las obras. Es un programa a 10 años impulsado por Corfo en el marco del Programa Estratégico de Productividad y Construcción Sustentable, Construye 2025. Desde el año 2017, está alojado en el Comité de Transformación Digital de Corfo.
Dentro de los objetivos de Planbim, se considera generar requerimientos estandarizados con BIM para proyectos públicos, desarrollar un estándar BIM para proyectos públicos, fomentar la formación de capacidades BIM en el sector público y privado, promover el uso de herramientas tecnológicas interoperables para la industria de la construcción, entre otros.
En base a estos objetivos y luego de un trabajo colaborativo entre la academia, la industria e instituciones del estado, que consideró la realización de 16 mesas de trabajo, la participación de 33 organizaciones y la elaboración de una consulta pública, se logró generar la publicación durante este año 2019 del Estándar BIM para proyectos públicos, el cual favorecerá que el requerimiento de BIM desde el Estado sea consistente y transversal, permitiendo así la implementación de BIM para las instituciones públicas desde una base consensuada y otorgando mayor certeza a las empresas en licitaciones públicas. De esta forma se busca que todas las instituciones públicas que exijan BIM lo hagan de una manera estandarizada y conocida por todos los actores involucrados en el proceso.
El Estándar ha definido BIM como el conjunto de metodologías, tecnologías y estándares que permiten diseñar, construir y operar una edificación o infraestructura de forma colaborativa en un espacio virtual. De esta forma BIM viene a replantear la forma tradicional de trabajo individual y fragmentado, proponiendo una metodología de trabajo colaborativo. Esta metodología pone en el centro de interés la generación de información concisa de un proyecto y el intercambio fluido de ésta entre los diferentes actores involucrados, a lo largo de todo el ciclo de vida de un proyecto.
Por una parte, las tecnologías permiten generar y gestionar información mediante modelos a lo largo del ciclo de vida de un proyecto. Por otra parte, las metodologías, basadas en estándares, permiten compartir esta información de manera estructurada entre todos los actores involucrados, fomentando el trabajo colaborativo e interdisciplinario, agregando así, valor a los procesos de la industria. En este sentido, y dado lo anterior, es importante destacar que BIM no se relaciona únicamente con la utilización de un software específico.
Uno de los aspectos relevantes del estándar BIM, aplicado al ámbito del diseño de infraestructura de transporte, se relaciona con la “I” de BIM, es decir, contar con información suficiente, consistente, de buena calidad e interoperable. Lo anterior se refuerza con el hecho que en el trabajo de elaboración del estándar, se consideraron documentos y formatos internacionales que estandarizan los procesos, los datos y el diccionario de estos datos, creando así una estructura clara para el traspaso de información y el openBIM.
Es destacable mencionar además que, dentro de los 25 usos BIM que ha definido el estándar, el desarrollo de los proyectos de infraestructura vial y de transporte necesariamente deberán considerar algunos de los más relevantes, tales como: el levantamiento de las condiciones existentes, la coordinación 3D, el diseño de especialidades, la revisión del diseño, la validación normativa, la modelación As-Built, entre otros usos. Es por ello que una de las tareas importantes que las instituciones públicas deberán desarrollar a través de las respectivas solicitudes de información, es la determinación -previa a la licitación- de qué usos BIM son los adecuados para cada proyecto, lo que necesariamente implica una revisión de los procesos propios y la identificación de aquellos en que BIM sea un valor. Este conocimiento por parte de las instituciones públicas se puede materializar mediante la realización de un proyecto piloto y el apoyo respectivo del equipo de Planbim.
Finalmente cabe mencionar que, la aplicación de BIM en proyectos de edificación presenta una madurez mayor que la relacionada con proyectos de infraestructura, y dentro de éstos, particularmente aquellos relacionados con obras lineales (vialidad, líneas férreas, túneles, etc.).
Es por esta razón que la asociación BuildingSmart International, promotora del formato interoperable IFC (Industry Foundation Classes), está desarrollando en la actualidad a través de un grupo de trabajo denominado Infrastructure Room, el avance en diversas extensiones de IFC aplicado a proyectos de infraestructura de transporte, tales como IFC Road, IFC Railway, IFC Bridge, IFC Tunnel, entro otros.
Lo anterior permitirá avanzar en equilibrar la aplicación de dicho formato, tanto para proyectos de infraestructura como de edificación. Dado lo anterior, aparece una oportunidad y un desafío al mismo tiempo, para diversos actores involucrados con el desarrollo y elaboración de proyectos de infraestructura vial. Por un lado están las instituciones públicas que deberían comenzar a elaborar la aplicación de esta metodología a través de proyectos pilotos en el ámbito vial urbano. En este sentido cabe mencionar que existirá una convergencia y sinergia entre las herramientas BIM y SIG (sistemas de información geográficos), asociado a la caracterización y levantamiento de las condiciones existentes, al punto que recientemente dos de los más destacados actores de la industria del diseño y SIG han suscrito convenios de colaboración tendientes a potenciar ambas disciplinas. Otro actor relevante es la academia y las universidades, mediante las cuales se permita favorecer la enseñanza, fomento, investigación y aplicación de la metodología BIM como parte de los procesos de formación de nuevas competencias profesionales que se requerirán. Además, desde la industria, se espera también un avance desde el punto de vista de la innovación para responder a los próximos requerimientos públicos en el ámbito del desarrollo de los proyectos que incorporarán la metodología BIM.