EDITORIAL
El lunes 9 de abril se constituyó la Comisión Asesora Presidencial orientada a generar una política nacional de desarrollo urbano. Existen muchas expectativas respecto de esta Comisión, particularmente cuando una política fragmentada en lo que respecta a intervenciones del territorio ha probado ser poco apropiada. Un proceso de toma de decisiones disperso entre diferentes agentes no es lo más adecuado si los impactos asociados a las intervenciones son multisectoriales, diseminadas en el espacio y el tiempo. Ejemplos de las consecuencias de esta desfragmentación en las decisiones son la pronta puesta en marcha del desarrollo inmobiliario Costanera Center en el sector oriente de Santiago, que traerá más problemas a un área ya saturada, o la construcción de un nuevo viaducto sobre el río Bío Bío en el Gran Concepción, cuya localización no resolvería los problemas de congestión que se experimentan en la comuna de San Pedro de la Paz producto â€entre otras causas†de un desarrollo urbano inorgánico. La Comisión tiene plazos definidos respecto a cuándo entregar su propuesta. Es de esperar que las visiones e intereses de los diferentes convocados den paso a un documento que aborde explícitamente la multisectorialidad, espacialidad y temporalidad de los impactos derivados de intervenciones en áreas urbanas.
Alejandro Tudela
Editor